El Tribunal Superior Electoral de Brasil declaró al ultraderechista Jair Bolsonaro como ganador la segunda vuelta electoral, por lo que será el próximo presidente de la nación sudamericana a partir del 1 de enero de 2019 y hasta 2022.
Con un 97.38 de las actas computadas, el aspirante del Partido Social Liberal (PSL) acumula 55.54% de los sufragios, mientras que su contrincante Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), suma el 44.46%. La máxima instancia electoral determinó que la ventaja es irreversible.
El triunfo de Bolsonaro se inscribe en un contexto donde el presidente interino Micher Temer, quien asumió el cargo en 2016 luego de la destitución de Dilma Rousseff, registra los niveles de aceptación más bajos para un primer mandatario; asimismo, este proceso también quedó marcado por la inhabilitación como candidato del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien permanece preso por presuntos actos de corrupción. El PT tuvo que reemplazarlo por Fernando Haddad, quien no pudo conseguir la victoria para la izquierda.
Bolsonaro, de 63 años de edad, es un capitán de la reserva del Ejército que defiende la dictadura que imperó entre 1964 y 1985 y ha causado polémica por sus opiniones de corte racista, machista y homofóbico, pese a lo cual encabezó las encuestas de opinión por varias semanas, especialmente, desde que Lula da Silva quedó fuera de la contienda.
El pasado 6 de septiembre, a mitad de la campaña, fue apuñalado y debió permanecer 23 días hospitalizado, pero mantuvo su actividad de campaña a través de mensajes en las redes sociales. De igual manera, adujo su estado de salud para no presentarse en los debates por televisión con su contrincante, Fernando Haddad.
En su primer discurso tras conocer los resultados, Bolsonaro reiteró su promesa de “cambiar el destino de Brasil” y hacer un gobierno para colocar al país en “un lugar destacado” en la economía mundial. Dijo que Brasil no podía seguir improvisando entre el comunismo, socialismo, populismo y con el extremismo de la izquierda.
Citó a la Biblia y enfatizó que hará grandes reformas para transformar su país en una nación “grande, libre y próspera”. Insistió que todos los compromisos asumidos serán cumplidos. “La misión no se escoge, ni se discute, juntos asumimos la misión de rescatar a Brasil”, enfatizó.
(Con información de EFE y Clarín)
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