sábado 20 abril 2024

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por etcétera
¿Son las redes sociales, fundamentalmente Facebook y Google, empresas que se sitúan prácticamente en una categoría aparte de todas las demás del mundo?

¿Son las redes sociales, fundamentalmente Facebook y Google, empresas que se sitúan prácticamente en una categoría aparte de todas las demás del mundo? ¿El equivalente de las antenas del teléfono? ¿No tienen responsabilidad de lo que se diga cuando se emplea su infraestructura, al igual que una compañía telefónica no puede evitar que los criminales usen sus servicios, mientras paguen la factura cada mes? ¿Son una especie de plaza pública, de ágora ateniense, en la que cada cual puede ir y hablar?

Hasta hace un par de años, muchos habrían suscrito esa idea. Ahora, no tanto. En realidad, quienes afirmaban esto no sabían -o no querían saber- el modelo de negocio de las redes sociales y de Google. Si son gratis no es porque, como se dice a menudo, los usuarios seamos el producto. Lo son porque los usuarios somos los trabajadores. Empleados que no cobran, y clientes. Porque Twitter, Facebook y Google venden publicidad al usuario-trabajador en función de lo que lee o escucha o ve ese cliente-empleado. Así es como, en tres meses, Google factura más en publicidad que todos los periódicos del mundo juntos. El 95% del incremento de la publicidad en dispositivos móviles se lo quedan Google y Facebook.

Y, sin embargo, no son responsables. Es decir, son como una empresa telefónica en la que usted encontrara anuncios como música de fondo en función de lo que usted habla. O como un ágora ateniense en la que, dependiendo de a qué filósofo se acerque usted a escuchar, le llega un caballero a venderle boniatos, un escudo o un esclavo. Pero ni el filósofo ni el vendedor son responsables de nada. Es como si este periódico que ahora lee no tuviera que dar absolutamente ninguna explicación por sus anuncios.

Al menos, mientras no se apruebe un proyecto de ley -presentado el 19 de octubre por los senadores demócratas Mark Warner y Amy Klobuchar y el republicano John McCain- que requeriría que todas las actividades online que tengan más de 50 millones de usuarios únicos informen públicamente de cualquier cliente que gane más de 500 dólares (431 euros) en anuncios en ellas. Claro que las posibilidades de que esa ley salga adelante son, a día de hoy, cero. La radio está regulada en EEUU desde la década de los años 20. Internet es el Salvaje Oeste. Un territorio sin ley. Facebook censura pezones tanto en su web como en Instagram, pero ha dejado durante días a vista de todos el vídeo de una adolescente ahorcándose.

La propuesta de ley llegó 18 días después de que Google y Facebook afrontaran una nueva crisis de relaciones públicas tras la matanza desencadenada por Stephen Paddock, que asesinó a 58 personas en Las Vegas. Ambas empresas dieron prominencia en sus webs a páginas de ultraderecha (como Blog Alt Right y el foro 4chan) y al servicio de noticias del Kremlin Sputnik en las que se decía, entre otras cosas, que el asesino era “una persona que odia a Trump” y que, “según el FBI”, había “jurado fidelidad al Daesh”, es decir, al Estado Islámico.

Más información: http://bit.ly/2AvghVj

 

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