Suman millones los adolescentes que a lo largo y ancho del mundo realizan tareas de particular riesgo. En total, aproximadamente 47.5 millones de jóvenes de entre 16 y 17 años trabajan en minas, fumigan con pesticidas, cargan grandes sacos de cemento, se suben a grandes andamios para colaborar en labores de construcción o realizan tareas insalubres, nocivas o peligrosas. De acuerdo con estas cifras, representan el 13% de todos los jóvenes de esa edad en el mundo.
Con motivo del Día Mundial de la Erradicación del Trabajo Infantil, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un informe que trata la realidad de los adolescentes con edad legal para trabajar pero que realizan trabajos peligrosos. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirma que “rara vez se les concede la atención que merecen”.
La OIT señala que un trabajo peligroso es aquel en el que el niño o el joven queda expuesto a abusos físicos, psicológicos o sexuales; el que se realiza bajo tierra, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios cerrados; el que se sirve de maquinarias o equipos peligrosos o que conllevan el transporte manual de cargas pesadas; el que se realiza en un medio insalubres o en horarios prolongados o nocturnos que terminan por afectar el bienestar emocional o físico del trabajador, además de su dignidad.
“La franja de edad que va de los 16 a los 17 años es la que nos preocupa. Los adolescentes no son adultos pequeños, sino seres en formación, cuyo sistema neurológico, psicológico o endocrino se está desarrollando. Y estar sometidos a trabajo nocturno, a exposición a agentes tóxicos, a tareas repetitivas o a cargar peso va a determinar toda su vida de una forma absolutamente negativa”, señaló Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT para España, durante la presentación del informe.
Nieto aseguró que este fenómeno se presenta principalmente en los países en vías de desarrollo, pero también en potencias occidentales, como Estados Unidos “y también en la Unión Europea, como nos indica el hecho de que la tasa de accidente de trabajo en esta franja de edad sea superior a la media”.
Una de las peticiones de la OIT es que se elaboren una mayor número de estadísticas sobre este lamentable fenómeno, pues hay una notable ausencia de herramientas para analizar el desarrollo de este problema y su impacto en la población.
(Con información de El Mundo, de España)
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