El gobierno de Estados Unidos anunció su retiro, a partir de diciembre de 2018, de la Organización para Educación, la Cultura y la Ciencia de las Naciones Unidas (Unesco), por considerar que el organismo se conduce con un sesgo “anti-Israel” al reconocer a Palestina como un estado miembro con plenos derechos.
“Esta decisión no se tomó a la ligera, y refleja las preocupaciones de los Estados Unidos con los atrasos crecientes en la Unesco, la necesidad de una reforma fundamental en la organización, y su tendencia anti Israel continua”, argumentó en un comunicado firmado por la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Heather Nauert.
Agregó que el secretario de Estado, Rex Tillerson, informó personalmente de su resolución a la directora general de la Unesco, Irina Bokova, a quien manifestó la disposición de Washington de establecer una misión permanente como país “observador” ante ese organismo, con el fin de aportar opiniones y proyectos respecto a asuntos fundamentales que forman parte de la agenda del organismo multilateral como la protección del patrimonio cultural, la libertad de la prensa y la promoción de la ciencia y la educación.
Al respecto, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, emitió un boletín de prensa en el que lamenta la decisión de Estados Unidos y considera que ésta afectará al “universalismo fundamental” para la labor de la organización en la actual coyuntura de un incremento en los hechos de extremismo violento y terrorismo.
“La universalidad es esencial para la misión de la Unesco, para construir la paz y la seguridad internacionales frente al odio y la violencia, con la defensa de los Derechos Humanos y de la dignidad humana”, se lee en el comunicado.
No es la primera vez que Estados Unidos se retira de la Unesco; lo hizo durante la administración de Ronald Reagan al argumentar que el organismo favorecía los intereses de la Unión Soviética.
(Con información de El País, Newsweek y EFE)
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