La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y 29 miembros de su equipo de gobierno han sido espiados desde 2011 por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), reveló este fin de semana WikiLeaks.
A solo tres días de que Rousseff visitara la Casa Blanca tras dos años de no hacerlo, precisamente por revelarse que el gobierno de Barack Obama espió las conversaciones telefónicas de la mandataria, WikiLeaks revela que los espías de EU incluso se han infiltrado en el avión presidencial brasileño y cuatro teléfonos de la oficina de la presidencia.
Entre los nombres que destacan en la nueva lista se encuentran el general José Elito Siqueira, ministro del Gabinete de Seguridad Institucional y encargado de la seguridad de Rousseff, el exministro de Relaciones Exteriores y actual embajador de Brasil en Washington, Luiz Alberto Figuereido, el exjefe de la Casa Civil, Antonio Palocci, y el actual ministro de Planeamiento, Nelson Barbosa, quien hace cuatro años se desempeñaba como ministro de Hacienda.
El gobierno brasileño aseguró a la cadena de televisión Globonews que ya harían público su posicionamiento sobre las nuevas revelaciones. Mientras tanto, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, emitió un comunicado de prensa en el que cuestionaba la indiferencia de Rousseff ante la constante vigilancia masiva de EU.
“Si la presidenta Rousseff quiere ver más inversores americanos en Brasil, ¿cómo puede garantizar a las empresas brasileñas que sus competidoras americanas no tendrán ventajas obtenidas por ese espionaje, hasta que realmente se garantice que esta actividad acabó?”, cuestionó Assange.
A pesar de la reciente reforma sobre el campo de acción de las agencias de seguridad estadounidenses, aún se siguen revelando casos recientes sobre la vigilancia masiva realizada por el gobierno de Obama altos funcionarios de países aliados.
Los más actuales vinculan a la NSA con los tres últimos expresidentes franceses, incluido el actual, François Hollande, y a la canciller alemana, Angela Merkel con el Banco Central Europeo.
(Con información de El Mundo)
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