miércoles 24 abril 2024

Sobre la propiedad de los medios

por Marco Levario Turcott

AMLO es un tirano. Muchos lo dijimos desde hace al menos 18 años, incluso mientras varios medios, periodistas y analistas hacían cálculos para saber cuál sería la actitud del presidente. Éstos poco a poco fueron engrosando las filas de la crítica y qué bueno.

Más allá o junto con el diagnóstico sobre el desastre que representa para el país, estas preguntas son pertinentes. ¿Los medios somos infalibles, no estamos sujetos a la crítica ni obligados a la autocrítica? ¿Es deseable que sepamos quienes son los dueños de los medios? ¿Interesa saber al menos los ingresos principales de los periodistas? Yo digo que sí. Una cosa es la crítica al gobierno y otra defender la opacidad de los medios. Las audiencias tienen mucho que hacer al respecto.

Una información básica al respecto de los medios me parece al menos un imperativo ético. Dije básica, nada que ponga en riesgo la integridad de empresarios, analistas y periodistas. Pero todos sabemos quién es dueño de Telmex y Televisa y cuáles son sus principales ingresos. No podemos decir lo mismo de al menos una docena de medios ni podemos decir cuáles negocios tienen con los gobiernos tanto locales como federales. ¿Hay gobernadores inmiscuidos en la propiedad de los medios? Podemos intuir que sí pero no lo sabemos. Creo que es importante. Hay dinero público que podría estar siendo usado para intereses particulares.

¿La crítica al gobierno da para solapar la opacidad? Yo creo que no. Al contrario, con un mínimo de transparencia consigo mismos los medios tienen mayor credibilidad para exigir transparencia al gobierno y que sepamos, por ejemplo, de qué vive el hijo mayor de López Obrador y si en el negocio de los chocolates no hay dinero público.

Si al portal de Etcétera lo financiara un gobernador o exgobernador, yo tendría la obligación de decirlo. Insisto, mediante información general que corresponda con las declaraciones fiscales sin el detalle al que ni obliga la ley ni ponga en riesgo a los trabajadores. Eso pasa en otros países del mundo.

Desde luego, es inadmisible que eso suceda por presiones del gobierno que así intenta inhibir la libertad de expresión. Por eso cada quien tiene el derecho de ser tan opaco o transparente como quiera.

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