El artículo publicado este lunes en The New York Times por Azam Ahmed ha encendido los ánimos en la esfera pública, 45 mil millones de pesos anuales en publicidad oficial del gobierno federal es mucho dinero y los intereses son de ese tamaño.
En el texto, el periodista del Times ha descrito la erogación como “una gigantesca marca presidencial que puede suprimir artículos de investigación, escoger portadas e intimidar a las salas de redacción que la desafían”, y la reacción de los aludidos no se ha hecho esperar.
Esta mañana, El Universal, Milenio y La Jornada han rechazado que sus contenidos respondan a la asignación millonaria de publicidad que reciben, y otros periodistas, directores de medios y opinadores también se han expresado sobre el tema en sus redes sociales, muchos, es importante mencionar, sin pleno conocimiento del tema. Federico Arreola, Jenaro Villamil y Sanjuana Martínez, por ejemplo, cuestionan el derroche publicitario, la crítica a los medios más favorecidos y el propio artículo, pero eluden que los medios en los que laboran o dirigen también han sido beneficiados por las pautas gubernamentales.
Desde 2005 esta casa editorial ha urgido debatir sobre la regulación de la publicidad oficial y en distintos reportajes hemos informado respecto a los millonarios recursos que reciben los grandes diarios nacionales, así como la prensa estatal cuando de gobernadores se trata, incluso cuando personajes como Javier Corral enarbolaron la bandera de la regulación y al llegar al poder utilizaron el dinero oficial para adquirir gacetillas.
ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM
Por eso desde entonces y hace unas semanas cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó al Congreso legislar en materia antes de que finalice el mes de abril del próximo año, expresamos de nueva cuenta la necesidad de regular la publicidad oficial para eludir la arbitrariedad y la opacidad, aunque también, en el editorial del 4 de diciembre que firmó el director de esta revista, Marco Levario Turcott, señalamos que la responsabilidad no es ajena al gobierno federal, también es responsabilidad de los partidos, los gobierno estatales, las instituciones y los propios medios de comunicación.
En etcétera estamos seguros de que la ley de publicidad debe disminuir recursos, transparentarlos y definir criterios de asignación. También debe contemplar que los contenidos sean de beneficio social, no la promoción de la imagen de los funcionarios.
Así, mientras acompañamos este reto, vamos a seguir documentado e informando sobre los medios que más reciben y cómo en primeras planas y titulares tratan a los funcionarios públicos, tal y como en los últimos meses lo hemos expuesto con La Jornada, uno de los diarios oficialistas de este sexenio más favorecidos. Los datos están es este portal y publicaremos más, solo en los primeros cinco meses del año dedicó 21 titulares principales a Enrique Peña Nieto, así como 32 notas de portada.
La revista etcétera apela a sus lectores, atengámonos a los números, al dato riguroso y preciso. Vale la pena. Nosotros lo haremos, sin dejarnos intimidar por nada.
