viernes 29 marzo 2024

Raúl Cremoux, un desastre para el Canal 22

por etcétera

Las denuncias que hace poco más de dos semanas hizo un grupo de trabajadores del Canal 22 tienen una relevancia enorme: ni más ni menos señalan al director general como censor y éste, en su unilateral comparecencia en la pantalla, no hizo más que justificar decisiones sin soporte argumental –como aquella coartada de señalar que se trata de un espacio cultural que no debe difundir actos de violencia– y, sobre todo, arbitrarias que, además, hasta ahora no aceptan la réplica de los trabajadores inconformes.

Como seguramente el lector acucioso recordará, a la denuncia de nuestros colegas se sumó la iniciativa de que se fiscalizara la administración de Raúl Cremoux. Más allá de que en su momento los editores de esta revista consideramos justificada tanto la denuncia como la demanda de revisar el manejo de los recursos en ese medio público, el día de hoy el diario El Economista documenta una anomalía delicada que requiere una explicación inmediata del director Cremoux aunque, junto con ello, una aceptación expedita de su parte para que sean revisados con lupa los criterios y los montos económicos que se han designado para integrar la programación del Canal 22.

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