viernes 26 abril 2024

Las calcetas del Presidente y nuestro pobre intercambio frívolo

por Marco Levario Turcott

Hay varios signos que permiten avizorar que, al fin, se decidieron cambios en la estrategia de comunicación de la Presidencia, aunque esos signos sean grotescos; traemos a colación la imagen reproducida en la prensa, como si fuera cosa suya (de la prensa, se entiende) donde se mira al Ejecutivo abrazado amorosamente de su esposa, así, como para acallar aquellas voces que cuestionaron la estabilidad emocional de la pareja. Otra decisión, grotesca desde nuestro punto de vista, se manifestó ayer en la noche en las redes sociales (soportada dicho sea de paso con un enorme ejército de bots y troles) donde Enrique Peña Nieto aclaró lo que llamó como “calcetagate” (con el signo # y toda la cosa, pues se trató de posicionar el tema en serio).

Nosotros creemos que episodios como ese retratan nítidamente el bajo nivel de intercambio público que cifra las opiniones en las vicisitudes amorosas del mandatario y su esposa y en si tenía o no puestas al revés las calcetas el presidente Peña Nieto durante la pasada jornada dominical, ideada, claro está, para demostrar que es óptima la salud del Presidente. Toda esa frivolidad tiene responsables, naturalmente, y ellos no sólo se hallan en las oficinas de Los Pinos sino en las áreas de redacción periodística que confiere relieve a esas habichuelas. En realidad, hay varios temas de fondo que el gobierno federal debiera comenzar por aclarar y en eso vale la pena fijar la agenda de la discusión pública.
Lo otro es circo.

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