miércoles 17 abril 2024

Editorial: El gobierno busca desaparecer al INAI para engordar más a la SFP

por Marco Levario Turcott

Como dicen en la calle: el gobierno “le pega a la piñata con el palo equivocado”.

El problema de desaparecer a los Órganos Constitucionales Autónomos (OCAs), sólo por ahorrar dinero del “pueblo sabio”, es una burda mentira. Los OCAs representan juntos el 1% del gasto neto del sector público federal (MéxicoEvalúa). El asunto, en realidad es ideológico y es preocupante porque lo que se desea es eliminar estorbos y molestias, incómodos controles que exhiben los errores y los comportamientos del poder que dañan y traicionan la gestión pública. 

La ira del presidente se concentra en el INAI, porque no soporta la transparencia. Con todas sus fallas y desaciertos el INAI, al igual que lo fuera para la Medusa, es un instrumento, una suerte de espejo que le muestra verdades que no quiere ver ni escuchar. Y, naturalmente, como AMLO no se sacará los ojos para no ver deforme su obra de gobierno en el espejo de la realidad, quiere extinguir los espejos por decreto.

En otras palabras, el presidente intenta con su desplante seguir una ruta inadecuada aún para hacer algo que pudiera ser bueno. Para transformar las cosas de raíz hay que estar seguros de lo que se quiere y también de cuánto se requiere y así estar seguro que sea algo mejor que lo que existe. El problema es que no parece dispuesto a entender razones y con vehemencia se ha empecinado en desaparecerlos porque no resiste sus funciones y lo dijo con todas sus letras, lo que hacen los autónomos lo pueden hacer las dependencias. Las que dependen de él.

Y ahí se llega al problema del tamaño del peine que requiere el calvo: de ninguna medida, porque no lo necesita. Así la aparente preocupación del manco por las mangas del traje. El déspota no quiere controles, ni cuestionamientos, menos aun supervisores y correctores de sus decisiones.

El costo del capricho suele ser mayor que el objetivo que lo provoca. Sí, porque AMLO solo ve el costo electoral que esa medida (desaparecer los autónomos) le puede causar en las elecciones del 6 de junio y en las de 2024. Naturalmente, la gente, “el pueblo sabio” que vive al día y sufre la inseguridad y la violencia y la pobreza  que se ha agudizado en los últimos dos años, no saben ni quieren saber si eliminar esos “aparatos burocráticos” es malo para el país. El problema es que AMLO y sus corifeos, que no azuzan a tomar estas medidas, creen que solo irritan y exaltan al minúsculo “círculo rojo”. El problema es que no ven detrás del monte.

Al presidente le urge esta reforma constitucional antes que la nueva administración de los Estados Unidos comience a revisar la relación con México de modo integral. La transparencia, y vía un organismo técnico y neutral, es necesaria para dar certidumbre a los mercados internacionales y al desarrollo de los mega proyectos de AMLO como Dos Bocas que representan un insulto a la economía ambientalista que impulsará Biden, así el Tren Maya, y Santa Lucía.

Por otro lado, los asesores internos y externos del presidente, sostienen que lo importante es la transparencia y no el INAI. Y pueden tener razón, es solo que, si se va por ese camino se llegaría a los absurdos: Si la importancia es la justicia, no hacen falta los juzgados, los tribunales y tampoco la Suprema Corte. Al igual que si lo que importa es la seguridad pública, es evidente que no han servido las policías, y tampoco los ministerios públicos y fiscalías y menos aún los reclusorios y las prisiones y ante la ignorancia flagrante de la sociedad, tampoco se justifican las escuelas. Eso nos lleva al “dilema del mundo canino” respecto a las supuestas diferencias en un mundo ideal: “lo importante no es cambiar de collar. Lo urgente es dejar de ser perro”.  Por eso “le están pegando a la piñata con el palo equivocado. Y han convertido la discusión publica en otro absurdo, el dilema de escoger entre ser palo o ser piñata. 

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