Atravieso caminos y cuadras
con las manos apretando
este viejo manubrio,
que parece me traicionará
en cuanto cruce la primera piedra,
me suspendo entre colinas
y las ruedas revientan el suelo;
la respiración me traiciona,
el corazón desborda las uñas
cuando creo hay tierra fiel;
hoy hay frenos,
mañana cuando me enfrente
a la colina,
quizás no.