jueves 18 abril 2024

Dreamers, un bono demográfico inesperado para México

por Efraín Klerigan

Mientras para Donald Trump los dreamers se le pueden volver una verdadera pesadilla, para México, puede ser un bono demográfico inesperado e invaluable.

Recibir más de medio millón de jóvenes, en edad productiva, con educación de nivel básico a posgrado, adiestramiento para el trabajo e incluso, adiestramiento militar, podría ser un impulso decisivo para el progreso.

La cuestión es que exista suficiente inteligencia en el Gobierno Federal para poder estructurar un programa adecuado, aunque la inteligencia por ahora, es un bien escaso tanto en el poder ejecutivo como en el legislativo, tanto en la posición como en la oposición.

De no encontrar el “Deferred Action for Childhood Arrivals”, DACA o Acción Diferda para los Llegados en la Infancia, en el Congreso apoyo en el plazo de seis meses, otrogado por Trump, para poder iniciar las deportaciones, el evento difícilmente será inmediato, pues comenzaría una fase de demandas legales.

Actualmente existen 35 agrupaciones de ayuda a los dreamers en 28 estados de la Unión Americana, los cuales no solamente están resueltos a brindar ayuda legal sino a organizar protestas masivas.

Al menos seis de cada 10 tendrían como ciudad de origen alguna mexicana y sin que exista un plan de contención, ocasionarían de inmediato una sobre demanda de empleo, servicios y lugares educativos, además de que muchos de ellos ya no tienen una familia que los apoye con casa y alimento.

Deportar a los dreamers no podría ser un proceso inmediato, no podría tratarse de una operación conjunta de las policías migratorias, pues ni existe una fuerza policíaca con tal capacidad y además.

Se han identificado dreamers en los 50 estados de la Unión Americana, y al menos el 90 por ciento de ellos tendrían un juicio de deportación y serían defendidos por alguno de los grupos formados en 28 estados.

De acuerdo con la cadena noticiosa de televisión restringida CNN, cada persona deportada le cuesta unos 10 mil 800 dólares, lo que significaría que expulsar de Estados Unidos a todos los dreamers rondaría en los ocho mil 640 millones de dólares, sin contar la infraestructura legal, jurídica y policíaca requerida.

Para ser considerado un Dreamer y estar protegido por DACA se requiere: Haber nacido el 16 de junio de 1981 o después, haber llegado a los Estados Unidos antes de los 16 años. No tener un estatus migratorio legal, haber vivido continuamente y al menos desde los 16 años en Estados Unidos

Tener en la actualidad al menos 15 años de edad, asistir a la escuela, o haberse graduado al menos de educación básica,  o poseer  el GED (General Educational Development Test) o la certificación de que se tienen los requisitos general del nivel de bachillerato estadounidense o canadiense.

También, haberse retirado de las fuerzas armadas de los Estados Unidos con una licencia “honorable”, no tener antecedentes penales y poder pasar una verificación de antecedentes.

Todo lo anterior nos habla de latinoamericanos, y en este caso, mexicanos, con suficiente capacidad moral e intelectual para el trabajo, para continuar estudios o para desarrollarse en algún campo profesional y por tanto, recursos humanos de primera magnitud.

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